Razones y objetivos

Las razones

En 1936, la Unión General de Trabajadores era la organización de masas más importante de España, con una afiliación estimada de más de un millón de trabajadores.  Sus conexiones históricas e ideológicas con el partido más importante de la izquierda española, el Partido Socialista Obrero Español, y su notable influencia sobre la acción política de este último, motivaron que la UGT y sus miembros se convirtieran en blanco preferente de la represión desatada en las plazas tomadas por los sublevados durante la guerra civil.

Los dos grandes sindicatos de masas de la época –CNT y UGT- fueron objetivo prioritario de la represión desencadenada por los golpistas, que se manifestó en una ingente cantidad de asesinados, detenidos, procesados, juzgados, condenados a muerte, a cadena perpetua, a diversas penas de cárcel, depuraciones, expolio económico… Tras finalizar la guerra, el Estado dictatorial nacido de la contienda dispuso de los considerables recursos que la UGT poseía, como institución, en todo el territorio nacional. Estos recursos eran fruto de las aportaciones que sus miembros habían venido realizando para el sostenimiento de su organización. Pero el expolio llegó también a la incautación de los particulares que habían pertenecido a la UGT.

Como consecuencia, la Unión General de Trabajadores y sus miembros se convirtieron en el colectivo que, en términos cuantitativos, más duramente sufrió la represión franquista. Sin embargo, aún no existe un censo completo y actualizado que nos permita evaluar y contabilizar con exactitud la magnitud de esta tragedia. Este vacío impide también resarcir la obligación moral de honrar la memoria que tenemos con cada una de las víctimas de la represión. En los diferentes trabajos de investigación que se han venido realizando, algunas instituciones y centros de investigación públicos y privados han abordado parcial y territorialmente algunas de las parcelas que debe contemplar un análisis completo de la represión que sufrió el colectivo de militantes de UGT. Pero los resultados obtenidos hasta el momento deben ser unificados. La necesidad de cuantificar y elaborar un instrumento válido y básico para la investigación histórica, reivindicando al mismo tiempo la memoria de estos miles de víctimas, es ya perentoria, más de ochenta años después de la finalización de la contienda.

Este proyecto consiste en la elaboración de un CENSO UNIFICADO DE REPRESALIADOS DE LA UGT, que aspira a convertirse en un instrumento imprescindible para el trabajo de los historiadores que trabajan sobre la represión y nos permitirá, a su vez, recuperar, nombre a nombre, la individualidad y la memoria de cada ugetista represaliado.

Los objetivos

Un análisis de esta dimensión conlleva el desarrollo de un ambicioso proyecto de investigación, necesariamente prolongado en el tiempo, que debe contar con un amplio grupo de investigadores y especialistas en esta materia. Por su enorme magnitud, el proyecto debería subdividirse en tres objetivos, que se corresponden con la incorporación al censo de los nombres de tres grandes colectivos de gran volumen:

  1. Censo de ejecutados sin juicio y sin intervención de la legislación franquista: corresponderían a este apartado fundamentalmente las personas que sufrieron la represión durante la guerra civil, aunque hubo víctimas a lo largo de toda la dictadura.
  2. Censo de represaliados, procesados conforme a las diferentes leyes represivas que promulgó el Estado franquista. El grueso de las represalias se produjo en los primeros años de la posguerra y supuso la intervención de diversos organismos represivos y judiciales que pueden facilitarnos fuentes con ingente documentación.
  3. Censo de exiliados de UGT. El grueso de los militantes de UGT salieron al exilio durante los meses posteriores a la finalización de la contienda. A finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, como consecuencia de los diferentes procesos huelguísticos que se desarrollaron en España, hubo un recrudecimiento de las salidas al exilio de militantes de UGT. Pero el goteo de miembros de la organización que tuvieron que abandonar nuestro país para evitar la represión fue constante a lo largo de toda la dictadura.